lunes, 18 de junio de 2012

La pauta que conecta



Pienso en Gregory Bateson. Bateson se pregunta por qué un sistema forma sistema. En Espíritu y naturaleza, dice: “¿Cuál es la pauta que conecta al cangrejo con la langosta, a la orquídea con la rosa, y a los cuatro conmigo? ¿Y a mí y a ustedes con la ameba, en un extremo, y con el esquizofrénico, en el otro?”. Es decir, Bateson se pregunta qué es lo que integra todo eso, qué es lo que hace que eso sea un sistema y funcione como tal, cuál es el patrón, la relación que conecta todo. Bateson se pregunta por la pauta que conecta.

Pienso en cómo se organiza el sistema de la comunicación, digo, quiero decir, el sistema de cada comunicación en cada comunicación.

Hay, digamos, por llamarlos de algún modo, elementos, infinidad de elementos sueltos, dispersos en el universo, y en cierto momento algunos de esos elementos entran en una forma de composición conjunta. En esa composición configuran sistemas con propiedades que les son exclusivas, es decir, que son exclusivas de cada sistema en cada situación (y en ninguna otra), y que hacen que ese sistema sea único y singular… y funcione. Los sistemas funcionan, dice Bateson, por la pauta que los conecta.

La comunicación es un sistema, el idioma es un sistema. No son sistemas teóricos, abstractos, generales y generalizadores, sino sistemas singulares que se producen en momentos dados y que tienen propiedades exclusivas y únicas. Son sistemas integrados por elementos lingüísticos, culturales en general, corporales, físicos y vaya a saber uno qué otras cosas. En el caso de la traducción, son sistemas integrados, por ejemplo, por el texto, la cultura en que se produjo, el lector al que estaba destinado, el texto desde la perspectiva del lector ideal original, el texto desde la perspectiva del lector que somos nosotros en tanto traductores ahora, el texto desde la perspectiva del nuevo lector al que se apunta (o sea, el lector de la traducción ahora, y no en el momento de producción original del texto), y además nosotros mismos con nuestro bagaje intelectual.

Lo que buscamos, lo que debemos buscar aquellos que traducimos cuando traducimos, es precisamente la pauta, el patrón que conecta todos los elementos del sistema, para poder ofrecer en nuestra traducción el “elemento” ideal para esa situación, para ese sistema. Lo que buscamos, lo que debemos buscar, es aquello que hace que cada sistema sea precisamente ese sistema, es decir, lo que hace que se produzca en ese instante esa comunicación de ese modo y hace que todo funcione como funciona en esa comunicación… de la cual, no debemos olvidar, somos parte.

En esas aguas buceamos lo que traducimos cuando traducimos. No trabajamos desde el exterior sobre objetos inertes llamados idiomas, sino en la comunicación. Y para que la comunicación se produzca, para que, más que producirse, florezca, tenemos que buscar la pauta que (nos) conecta, la pauta constitutiva de cada uno de los sistemas lingüísticos en los que estamos navegando en cada momento específico, y la pauta del sistema interlingüístico. Y debemos ser siempre conscientes de que somos parte de ese gran sistema intersistémico que incluye un montón de “partículas”, de “elementos” diferentes. Si no pensamos y actuamos desde esa perspectiva, inmersos en ella, no creo que podamos actuar como traductores responsables de nuestros actos, sino apenas como meros ejecutores de operaciones técnicas mecánicas: table se traduce mesa, el present perfect del inglés se traduce como pretérito simple en el castellano de tales y cuales países hispanohablantes, depend on es depender de, no se dice en base a, sino sobre la base de… y miles de intrascendencias por el estilo.

Pienso, decía, en Gregory Bateson. Pienso en la pauta que conecta.

(Ilustración: Itati Acuña).

1 comentario:

sol ..* dijo...

Yo pienso en cuando la pauta que conecta no necesita (ni hace posible) ninguna traducción, pienso en la música, la danza, la pintura: el arte.