domingo, 23 de marzo de 2014

Una palabra



Se ha muerto hoy una palabra y yo estaba
en el árbol de los caminos
sentado a la vera del camino.

Pasa una luz
             como una hebra  
                   como una mariposa
                         como una madrugada de viento  
                               como una luz. 

Se ha muerto hoy una palabra y había en la tierra
un sabor a aguardiente que no venía de ningún lado.
Ni de la palabra.

(Ilustración: Itati Acuña)
Vamos, a veces, desatendiendo tiempos y temblores.
Desentendiendo.
Impensadamente.

Si el hombre que me mira
         desde la vera del camino
         junto al árbol de los caminos
supiera lo que sé.
Si lo supiera.

La mujer que amo tiene la lluvia.

Suena detras de mí el trueno,
y yo sonrío.

Todo empieza.

lunes, 3 de marzo de 2014

Teatro Colón, Buenos Aires



No importa que se hayan robado los tesoros más valiosos de la Biblioteca y que el resto de los libros esté en un depósito privado porque el Teatro está reabierto pero la Biblioteca no. No importa que esta temporada solamente tenga 6 títulos de producción propia, lo que nos iguala con teatritos de provincia. No importa que el Ballet solamente haga 37 funciones por año, o que la Filarmónica haga apenas 19 conciertos con repertorio básico. No importa que los precios del Paraíso de pie sean los que más aumentaron desde la reapertura, es para que los pobres no vayan, es mejor que vaya gente de países civilizados que nos visitan como turistas. No importa que los talleres ya no puedan producir como antes, es mejor que no produzcan así la sala se puede alquilar para casamientos como el Liceu, eso sí es un país civilizado. No importa.


Aunque pensándolo bien, a mí sí me importa que el Teatro Colón, mantenido por todos los contribuyentes de la ciudad de Buenos Aires, sea solamente para que algunos lo «disfruten». Yo creo que el Abono Estelar no solo no está bien, sino que no debería existir. El Colón no debe manejarse como una sociedad privada que contrata estrellas a precios imposibles y vende entradas solamente a quienes puedan pagarlo. Es más, tampoco debería alquilarse el Colón al Mozarteum. Si quieren armar una serie de reuniones exclusivas para sus socios, pues que se construyan su propio auditorio. ¿Por qué no lo han hecho? Porque es mucho más barato que el contribuyente pague los gastos de mantenimiento de la sala y ellos se quedan con el usufructo. Negocios privados con fondos públicos. En rigor, este abono estelar es un desprendimiento del Mozarteum, se comparte el negocio con el Mozarteum.

(…)
Yo quiero un Teatro Colón para ir a escuchar a mis cantantes, mis músicos, mis bailarines, mis escenógrafos, los que han hecho grande al teatro. Además, mantengo con mis impuestos dos orquestas, un cuerpo de ballet, dos coros y una fábrica teatral completa con escuela incluida. Quiero que el teatro se use para que se luzcan ellos, y para que además de las funciones de abono haya funciones de divulgación tanto con segundos elencos como con los estudiantes del Instituto. Quiero más funciones, y menos alquileres, menos negocios privados que no aportan nada al corazón del teatro sino que lo empobrecen, a pesar del brillo que dicen tener.

Mariangeles

P.D. Son palabras de Mariangeles.  Con toda tristeza, desde toda mi tristeza, las comparto. MW