martes, 20 de diciembre de 2016

Acerca de la claridad y la limpieza



Sucede que un día uno decide lavar el auto en uno de esos lavaderos automáticos o no tanto que abundan en algunas ciudades del mundo. En realidad, no es que uno “decide lavar”, sino que lo que decide es pagarle a otros para que laven, pero todos entendemos que no siempre lo que se quiere decir cuando se dice lo que se dice (o lo que se diga, o lo que se dijere) implica que uno lo vaya a hacer personalmente, sino… bueno, eso. Es decir, el idioma nos permite libertades de imprecisión y ambigüedad que de ningún modo obstaculizan la comprensión. 

Pero en ocasiones las imprecisiones y ambigüedades son tantas que llevan a la cuasimposibilidad de entender el mensaje. Por ejemplo, si uno lleva a lavar el auto a un coso de esos y se encuentra con el siguiente anuncio:



Vayamos por partes. El principio, aunque algo oscuro, se entiende: “Luego de terminado el vehículo (…)” se refiere, inequívocamente, a la conclusión del lavado del vehículo, y no a la construcción del mencionado artefacto (e’cir, el vehículo). Hasta ahí vamos bien. Pero la oración sigue: “(…) y no encontrándose el propietario este será dejado en la calle”. Aquí surgen al menos dos dudas: ¿es el propietario el que será dejado en la calle?, y ¿cómo coño van a hacer para dejarlo en la calle si, como dice la oración, no lo encontraron, o, peor, el propio propietario no se encuentra a sigo sismo… digo, a sí mismo? Quizá, si terminamos la lectura, el resto aclare. Veamos.

Concluye el texto: “(…)no asumiendo ninguna responsabilidad sobre el mismo?”. ¿Quién es el que no asumirá responsabilidad? ¿El propietario? Porque de él veníamos hablando, ¿no? ¿Y sobre el mismo qué? ¿No asumirá responsabilidad sobre el propietario? Porque, digo, dije, de él veníamos hablando, ¿no?

Afortunadamente, el texto es breve y no va más allá, pero de todos modos, cuando salí, estaba tan confundido que tomé de contramano y justo estaba la gorra, es decir la cana, es decir la poli, y me encajó una multa que te la voglio dire. Argumenté que era culpa de los del lavadero, pero me explicaron gentilmente que ellos también habían leído el anuncio, y era evidente que este (el anuncio, repito, por si acaso) deslindaba toda responsabilidad sobre mí, así que el que debía pagarla era yo. Eso sí, el auto quedó precioso.

martes, 11 de octubre de 2016

Los sujetos predicados




El problema es la gramática, esa forma de estructurar y ver el mundo escindido en sujeto y predicado, con el centro en un sujeto erguido en el altar de sí mismo: el sujeto es el sujeto y el predicado no es más que lo que se dice del sujeto, una división que dibuja atributos sobre el cuerpo de un sujeto que hace y recibe, que impone y dispone.


Quizá si pudiéramos ver, leer, hablar el universo desde otra mirada, desde una mirada en la que el predicado fuera, es, el sujeto mismo, y no lo que se dice de él, una gramática en la que aquí y allá fueran, como son, palabras vacías de contenido, porque, apenas nos ponemos a pensarlo, el allá es el allá, sí, pero visto desde aquí, y el aquí no existe, o existe desde el allá, y solo existe ahora, porque en otro momento no es aquí, o no hay aquí.


De algo parecido hablaba Castaneda cuando decía que hablamos con la sintaxis de nuestra lengua madre y no somos conscientes de que es solo eso, una sintaxis, pero “una sintaxis que exige comienzos, como el nacimiento, y desarrollos, como la maduración, y finales, como la muerte, en tanto declaraciones de hechos”. Declaraciones de hechos. ¿Qué hechos? Apenas una sintaxis en la que adjudicamos al universo entero procesos que existen para nosotros, humanos, y que los vemos como tales, humanos, pero ¿tan seguros estamos de que es así?, ¿tan seguros de que hay sujeto y todo lo que se dice de él es predicado? ¿No será, acaso, que todo es predicado, y en tanto exista predicado habrá sujeto, y si no, no? ¿No será, acaso, como en Spinoza, que todo lo que hay es sustancia, o naturaleza, y que no hay otra cosa más allá, no hay un sujeto más allá de lo que hay, se llame Dios, o Sustancia, o Naturaleza, o como se quiera que se llame?


Quizá solo se trate de pensar que es otra la gramática, y entender, percibir, estar, actuar, en ella.