lunes, 15 de diciembre de 2014

Teclas



Me paso la vida pulsando letras en el teclado de la computadora. Mis hijos se ríen de la fuerza con que las golpeo. Yo sé que no hace falta, sé que una leve caricia alcanza, sé que mis golpes aceleran el deterioro del teclado, sé que el ruido innecesario tapa también la música que escucho mientras escribo, lo sé, todo eso lo sé, pero no puedo dejar de sacudir las teclas como lo hago, no puedo dejar de buscar reproducir la música de las teclas mecánicas con las que empecé a escribir a máquina en la solidez de la Remington, con las que crecí escribiendo en la comodidad de la Olivetti. Las tengo aquí, a mi lado, las sigo teniendo, aunque ya nunca escriba en ellas. No las tengo como reliquia de la historia, no las tengo como posesiones, como propiedad.  Las tengo aquí, a mi lado, para no perder de vista que, cuando escribo, cada vez que escribo, no escribo nada nuevo, sino que simplemente sigo escribiendo las mismas palabras, en las mismas hojas, para las mismas gentes, y que sigo necesitando el sonido familiar, la música de las teclas, sosteniéndome, sosteniendo las palabras.Y lo curioso es que esas palabras viejas, esas mismas palabras, cuentan siempre historias distintas, aunque siempre empiecen diciendo que en un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme fue donde muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.



Un día les saco fotos y las pongo acá, en otra página de este blo, o en esta.

4 comentarios:

Gregorio Omar Vainberg dijo...

Habría que ver si, entre tantos sonidos que se pueden bajar (con solo teclear esas teclas que no hacen ruido, por supuesto que en el lugar adecuado) sonido de máquina de escribir, asi uno, mientras apreta las teclas sin ruido, escucha aquel ruido que nos es tan compañero, claro, nos quedaría por resolver la cuestión del ritmo, pero ya sería algo...

Lena Rotenberg dijo...

100 Years of Typing, it feels like! I can relate, including the Remington. Beso,
:-)

Enrique dijo...

Un pueta viera...

Espero que nunca cuelgues esas fotos...

Fernando dijo...

¡Qué bueno haberme topado con tu bló, querido Miguel! Como siempre, es un placer leerte.

¡Un abrazo!