A
Silvia
Dicen que tiene la
cara quemada y anda cantando por las calles de Medellín. Dicen que lo han visto
sonreír de dientes negros, que entonces eran tan blancos, y que les ha dolido
esa mueca del espanto.
Cuentan también que
una india rubia y de ojos claros lo vio arrastrarse, escapándose con esfuerzo
de las llamas.
Muchos lo han visto
acompañándose con su guitarra y cantando las mismas canciones, lo han visto
yéndose tarde a la noche, junto con una mujer de cabellos muy blancos y muy
largos, del brazo.
Algunos dicen que
cuando se echa el chambergo hacia atrás pone los mismos ojos alegres de antes.
Un campesino gris
contó una noche de borrachera que le había dicho que extrañaba, pero no se
había animado a volver, y que lloró y esa vez se fue sin cantar.
Dicen que su voz está
cada vez más triste y arrugada, y que a veces habla del avión y las llamas, y del
anillo que unas horas antes le había dado a ese muchacho, después de charlar y
reírse mucho, y que se quedó allá.
Dicen que sabe las
cosas que van a pasar, que las ve en las caras de la gente que se le acerca, y
que no hace mucho lloró y dijo pobrecito, y dijo carajo, y esa noche no cantó.
Dicen que vive porque
no sabe cómo hacer para morirse, y porque un dios le dijo que siguiera
cantando, que tenía que seguir cantando porque nada más él sabía.
Dicen que una vez
llegó alguien que lo había conocido antes, y que él sonrió y dijo qué suerte
que todavía está, y se fue apurado por la puerta de atrás, sin saludar, y que alguien
lo vio esa noche cantando sentado, apoyado en un poste de luz, y estaba alegre
y no se sacaba el cigarrillo de la boca, y que cuando llegó la india de
cabellos largos y todavía rubios lo acarició en la cabeza y lo abrazó, y cuentan
que él se durmió llorando entre sus brazos.
Dicen que tiene la cara
quemada y anda cantando por las calles de Medellín, y que muchos lo buscan y no
lo encuentran, y dicen que jamás lo van a encontrar porque él sabe.
Dicen también que está
muy viejo y extraña, y que todos saben su nombre pero nadie se atreve a
pronunciarlo, y a veces alguien dice en un bar que anoche estuvo el cantor.
Dicen que sigue
cantando como antes, mejor que antes, porque ahora está cansado y triste y
viejo y sabe. Dicen que se sigue peinando a la gomina y que a veces se ríe de
dientes negros, y que duele.
Dicen. Pero quién
sabe.
1 comentario:
Siempre viene a cantarnos, adentro, bien adentro del corazón.Y todos sabemos que el sabe...
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