martes, 6 de noviembre de 2012

¡Ke lo parió, che!



Dice Diego Fischerman en su excelente y disfrutabilísimo Escrito sobre música:

A pesar de que el término “folklore” se ha castellanizado como “folclore”, se elige aquí la grafía tradicional en tanto es la habitual en todo el mundo y en el mercado discográfico. Además, respeta la etimología (folk significa “pueblo”, pero folc no significa nada) y no provoca contradicciones con su abreviatura de uso frecuente, “folk”, que jamás se escribe con “c”, ni siquiera en España.

Y digo sho:

Es curioso (bueno, en realidad no mucho) que la Real Academia Española y sus subsidiarias, las academias americanas, insistan en hablar de “folclore” y jueguen, una vez más, su juego usual de incoherencia y asistematicidad. Porque, si hablan de folclore, deberían hablar de roc, y no de rock, ¿verdad? O de rok, o roq, como Iraq. Y de yas, y no de jazz. Y de blus, y no de blues. Y no deberían usar allegro, sino alegro. Bueno, a decir verdá, eso sí que lo intentaron, pero les salió mal, y ahora parece que vuelven p’atrás con ese caprichito y de nuevo dicen que es allegro. Por esta semana, al menos, es lo que se puede leer en su sitio güeb.

Y, decía, pa pior, el trabajo (si es que se lo puede llamar así) de los cacadémicos de la lengua no solo es incoherente, sino también asistemático. Porque si incluyen, como palabras relacionadas con la música, voces como allegro, allegretto, presto, adagio, andante y largo, entre otras, ¿por qué no incluyen scherzo, que pertenece exactamente a la misma categoría y se encuentra exactamente en las mismas obras en las que se encuentran las demás? Porque, de hecho, en las mismas sinfonías en las que hay allegros, o alegros, o allegri, hay scherzos, o scherzi. ¿Será quizá que les resulta mucho más difícil proponer una castellanización de la parola esa? Porque no creo que se atrevan a proponer la forma “esquerzo”. Hasta pa ellos sería un exceso, ¿no?

Lo curioso (tampoco mucho) es además que las academias se suelen jactar de que ellas no imponen nada arbitrariamente y desde arriba, porque, según dicen, su función no es crear, sino registrar el consenso de la comunidad de los hispanohablantes, en particular de los “cultos”. Bueno, eso lo dicen en los prólogos de sus mamotretos, pero en realidá en las páginas interiores es fácil comprobar que la cosa cambia, y que las academias hacen lo que se les canta (shaquestamos hablando de términos musicales), y no solo no registran, sino que borran la realidad de un plumazo, o un teclazo. Porque, en los hechos, y para remitirnos al ejemplo del que hablábamos inicialmente, la escritura de los “cultos”, al menos en América, no suele hacer referencia al folclore con c. Si se revisan los programas de las instituciones educativas más importantes del continente (o sea, los “cultos”, mimagino), puede comprobarse fácilmente que en ellos no se habla de folclore con c: la Universidad Nacional Autónoma de México, la Escuela Nacional Superior de Folklore José María Arguedas de Perú, la Universidad de Santiago y la Austral en Chile… y, en la Argentina, la Universidad de Buenos Aires, el Instituto Universitario Nacional del Arte, la Universidad Nacional de La Plata, la Universidad Nacional de Córdoba, la Academia Nacional de la Historia, la Escuela de Música Esnaola de Buenos Aires… y supongo que muuuuuuchas más (aunque no he revisado tanto)… todos y todas hablan de folklore, folklórico y folklorología. Con k, no con c. Siempre. Pero las academias ni se dan por enteradas, y siguen insistiendo en que va con c porque así lo usan los cultos. Y pa pior folklore ni la incluyen, aunque, como bien dice Fischerman y cualquiera sabe, es más que habitual, más que usual. ¿Será quizá que para las cacademias los que escribimos en castellano “folklore”, que sin duda, cultos e incultos, somos muchos, no formamos parte de lo que ellas definen como “la comunidad de los hispanohablantes”? ¿Será que para las academias “la comunidad de los hispanohablantes” son ellos y nadie más? ¿Será, acaso, que viven a contramano de la lengua, sus usos, sus hablantes y sus escribientes? No, no me respondan, ke las respuestas son obvias y están muy klaras, al menos pa mí, hablante inkulto.

Son raros estos muchachos, che, la verdá.

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