miércoles, 8 de agosto de 2012

Querido blo dos puntos


Te tengo bastante abandonau en estos días, blo. Hace casi una semana que no paso por aquí, lo cual no significa que no piense en vos, claro, pero ya viste cómo somos los animales humanos: a veces dejamos huellas visibles y a veces solo pensamos, pero no dejamos registrado eso en ningún lado. Y hablando de cosas que quedan registradas, pensaba en algunos de esos objetos de palabras que suelen llamarse “cuentos”, y pensaba en los cánones (los literarios, digo, no los musicales), y pensaba en cómo suele gustarnos hablar de los diez mejores libros de la historia, los cien mejores poemas de la literatura universal, los tres mejores autores premiados del mundo… y se me ocurrió pensar en, más allá de dictámenes que se pretenden absolutos e indiscutibles, los cuentos que siempre me han gustado y que siempre he incluido en mi lista de favoritos, quizá para que quien lea estas líneas piense en los propios, quizá para que lea los que a mí me gustan y quiera leerlos y los lea, o vaya uno a saber quizá pa qué. Claro que mis favoritos están apenas en uno de dos idiomas, tal vez porque son los únicos en los que puedo leer.

Y pensé, sin orden de preferencia, que en mi lista estarían seguramente, entre otros, los siguientes:

-         The Dead (James Joyce)
-         A Perfect Day for Bananafish (Salinger)
-         El perseguidor (Julio Cortázar)
-         Entrevista (Humberto Constantini)
-         Las hortensias (Felisberto Hernández)
-         El infierno tan temido (Juan Carlos Onetti)
-         El aleph (Jorge Luis Borges)

Y tantos otros, querido blog, tantos otros de los mismos autores, de otros… Pero estos, me parece, van a estar siempre en mi lista. Claro que siempre es ahora. Vaya uno a saber si mañana también es siempre.

1 comentario:

Javier Dávila dijo...

No conozco el cuento de Hernández ni el de Constantini. En estos momentos, me encantaría releer El Perseguidor. En cambio, no sé si reelería a Salinger, casí diría que no, que ya no.