Cuando uno (uno soy yo) se va adentrando en esto de escribir
un blo, se va empezando a hacer ciertas preguntas, sobre todo porque lo que uno
(uno soy yo) hace acá (y en muchos otros lugares) es discurso, y el discurso
siempre hace preguntas y se hace preguntas. Mi discurso, por ejemplo, se
pregunta si es bueno mantener siempre la coherencia y la uniformidá, y que cada
vez que quiera usar un sustantivo terminado en -ad use la forma -á, es decir,
libertá, sinceridá, bondá, etceterá, digo etcétera, y cada vez que quiera decir
ya que estamos ponga shaquestamos, y cada vez que quiera decir es que escriba
ejque, y cada vez que quiera decir blog diga blo, y cada vez que, y así.
O si, quizá, lo ideal sea no mantener coherencia alguna, y a
veces libertá y a veces libertad, y a veces es que y a veces ejque, y a veces
blo y a veces blog, porque, justamente, se trata de discurso, y lo que hace el
discurso es discurrir, y ocurre que el discurso discurre a veces p’acá y a
veces p’allá, y a veces vayaunoasaber pa dónde, porque lo importante es tratar
de discurrir por donde discurre el discurso, y navegar en él y con él, y no por
un cauce seco por el que alguna vez corrió un río, ¿m’entendés, blo? Si no, no
te preocupés, que seguramente voy a volver sobre el tema algún otro día y quizá
te pueda decir algo más claro. O no. O blo.
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