Es el verano del 2002 en Barcelona, el
invierno del 2002 en Buenos Aires, pero sucede que estoy en Barcelona, así que
es el verano. En un gótico departamento del barrio gótico de la ciudá, en el
que viven tres traductores (dos traductoras y un traductor, o sea, tres
traductor@s, o tres traductorxs, o tres tristes tigres), se hace una reunión de
más de lo mismo, es decir, de traductores, traductoras, traductoros, traductor@s,
traductorxs… ufff, mejor en catalán, que no lleva esa “e” tan discutida en
estos tiempos: traductors. Vaya uno a saber por qué, me incluyen entre los
invitados. Voy, claro. La reunión transcurre por los carriles habituales de
estas reuniones (que tampoco tengo muy claro cuáles son) hasta que, para
enfrentar el atisbo de tedio que empieza a apoderarse de la noche, mi primo
Xosé dice: “¿Hay algún drae en la casa?”. Valga aclarar que entre traductors no
se habla de “el diccionario de la Real Academia”, ni de “un diccionario”, ni de
“EL diccionario”, ni de na por el estilo: es el drae y sanseacabó, y to mundo
sabe de qué se está hablando (algunos lo escriben con mayúscula, pero es pagar
por el chancho mucho más de lo que el chancho vale, así que acá va con
minúscula y sanseacabó). Ls trs traductors residents de la casa se ponen
inmediatamente de pie, como impulsados/as/@s/xs por un resorte. Cada uno va a su habitación y
trae, naturalmente, su ejemplar. “Claro”, dice mi primo. “En una casa de trs
traductors, hay trs draes”.
Pero, se me dirá, ¿en qué puede un drae (o
tres) ayudar a combatir el tedio? Xosé tiene la respuesta. Busca la palabra
“jilguero” y empieza a leer lo que dice el mamarracho. El atisbo de tedio
desaparece. Hemos salvado la noche. Podemos abrir otro rioja, o un ribera, o lo
que sea, que ya no me acuerdo, porque ya no es el verano del 2002 en Barcelona,
sino el invierno del 2015 en Buenos Aires, el verano del 2015 en Barcelona,
pero sucede que estoy en Buenos Aires, así que es el invierno.
Pero volvamos al drae, el jilguero y el
jolgorio. Dice el drae del animalito ese: “Pájaro muy común en
España, que mide 12 cm de longitud
desde lo alto de la cabeza hasta la extremidad de la cola…”. Va de suyo, claro,
que si desde lo alto de la cabeza hasta la extremidá de la cola el bicharraco
en cuestión resulta que mide 11 cm, o 13, es otro pájaro, porque el jilguero de
verdá, el posta-posta, el fetén-fetén, mide 12. Ni más ni menos. Lo dice el
drae. Así que la próxima vez que salgan a avistar jilgueros, háganlo con un
centímetro, p’asegurarse. No vaya a ser cosa.
Pero la definición sigue: “
Tiene el pico cónico y delgado, plumaje pardo por el lomo, blanco con una
mancha roja en la cara, otra negra en lo alto de la cabeza, un collar blanco
bastante ancho…”. ¿“Bastante” ancho? Dicen que los diccionarios presentan
definiciones, pero ¿bastante? ¿Cuánto es “bastante”? Creo que me quedo con lo
de los 12 cm. Al menos, define.
Y sigue: “Es uno de los pájaros
más llamativos de Europa”. Parece que en Europa hay pájaros llamativos y
pájaros insulsos, de esos que los mirás y casi ni te das cuenta, no te dicen
nada. Bueno, si ven uno de esos, no es jilguero. Puede ser un cóndor, un
pterodáctilo o un colibrí, pero jilguero no. Lo dice el drae. O lo da a
entender.
Sigue: “Se domestica fácilmente,
canta bien, y puede cruzarse con el canario”. Gracias al drae, uno se entera de
que el jilguero es un pájaro fácil de domesticar. Como el caballo. Supongo que
además vuela más alto que el caballo, pero no sé, porque eso no lo dice. Y
además… ¡puede cruzarse con el canario! Y sí, mimagino que es más fácil cruzar
un jilguero con un canario que con un elefante, o con un hipopótamo, sobre todo
si se van a dar vuelta en la cama, porque… ¡pobre jilguero!
Pero ya que estamos con
animales, vayamos a otro: “perro”. Y entre las opciones que da el drae, está
“perro chino”: “El que carece completamente de pelo y tiene las orejas pequeñas
y rectas, el hocico pequeño y puntiagudo y el cuerpo gordo y de color oscuro”.
Toda una definición. Ciencia pura. Si lo veo en la calle, lo reconozco seguro,
extiendo el índice en su dirección y digo, confiado y didáctico: “Ese es un perro
chino; lo reconocí por el drae”.
Y del “burro” dice que es un
animal “muy sufrido”. ¡Muy sufrido! Ay, vecina, si usté viera lo sufrido que es
el burro, pobrecito, siempre de acá para allá, cargando cañas, niños,
extraños, leños… es todo un solípedo el burro, viera, vecina.
Busco “pollera”: “lugar en que
se crían los pollos”, “especie de cesto”, “andador en forma de campana”… y por
abajo, muuuuuy por abajo, en ese lugar en el que uno ya no busca porque se hartó
de encontrar definiciones de cualquier cosa menos de lo que pa uno es una
pollera, dice que también es una falda. Menos mal. Ya empezaba a pensar que en
la academia criaban pollos entre las piernas de mujeres y escoceses.
Balcón: “hueco abierto al
exterior desde el suelo de la habitación, con barandilla por lo común
saliente”. ¿Y el hueco abierto al interior cómo se llama? ¿Pozo? ¿Balcón es
antónimo de pozo? Y eso de “desde el suelo de la habitación” no me queda del
todo claro. Si está abierto desde el techo, ¿qué es?
Bueno, mejor veamos las
definiciones de los colores. Azul: “del color del cielo sin nubes”. ¿De día o
de noche? Y si hay nubes, pero no cubren todo el cielo, ¿lo que se ve del cielo
no es azul? Además, el cielo de invierno, al menos por aquí, no tiene el mismo
color que el del verano. Uno de los dos, entonces, no es azul. ¿Cuál? Mejor
busco otro color, uno más fácil. Rojo: “encarnado muy vivo”. ¿Encarnado? Busco.
“De color de carne”. Y en “carne” el drae habla también de “carne blanca”, por
lo que supongo que la carne blanca es encarnada, o sea, la carne blanca es
roja. Lo dice el drae. O lo da a entender.
Mejor vuelvo a los animales. Busco
“toro”: “macho bovino adulto”. Supongo que en “vaca” dirá “hembra bovina
adulta” o algo así. Dice “hembra del toro”. No, no, pero estaba en lo gracioso,
no en lo discriminatorio y sexista, hasta p’hablar de animales, que es el drae,
que de eso podemos hablar otro día.
¿Se va entendiendo por qué cuando
hablo a veces de la Real Academia, me refiero a ella como “cacademia”? ¿No?
Pues otro día podemos retomarlo para hablar, como decía, de discriminación (de
todo tipo), o de autoritarismo, o de ideologización, o de subjetividades, o de…
en síntesis, del drae.
Pero otro día.