En la
radio pasan las noticias. El locutor dice que el viceministro de Economía dijo
que estamos viviendo una catástrofe humanitaria. Así dice el locutor que dijo
el viceministro de Economía: catástrofe humanitaria. Me quedo pensando en cómo
cambia, cómo está cambiando la
lengua. Para mí, algo “humanitario” siempre fue algo bueno,
benéfico, positivo, y los diccionarios (ya sé que son cementerios de palabras,
pero es lo que hay) dicen lo mismo. Y una catástrofe puede ser muchas cosas,
pero no creo que ninguna de ellas sea buena, benéfica, positiva. Pero entiendo,
claro que entiendo, que lo que el locutor dice que dijo el viceministro de
Economía, es decir, que lo que quiso decir el viceministro de Economía, no es
eso, sino que se estaba refiriendo a una catástrofe para la humanidad, que
estaba usando la palabra “humanitario” en ese sentido, aunque los diccionarios
no la entiendan de ese modo.
Mientras pienso todo esto en la radio empiezan a pasar la
grabación de las declaraciones del viceministro de Economía. Se oye su voz. La
voz del viceministro de Economía. Y lo que el viceministro de Economía dice es que
el mundo está viviendo una catástrofe económica, que se traduce a su vez en una
catástrofe humana. Así lo dice el viceministro de Economía: catástrofe humana.
Así, pienso, es como lo diría yo. Pero el viceministro de Economía no es un
tipo de mi generación, sino unos quince años menor, así que por lo visto no
todos en estos tiempos dicen humanitario en casos en que yo habría dicho y diría
humano, y algunos que justamente sí dicen humanitario, como el locutor, son los
que yo habría esperado que dijeran humano, o humana, en este caso.
Me quedo pensando. Pienso que si incluso los periodistas,
que están entre los hablantes que utilizan las formas más estandarizadas de la
lengua, esas que suelen considerarse “cultas y correctas”, o, al menos, que están
entre los principales difusores de los usos escritos, cultos y correctos, del
idioma, digo, si los periodistas hablan de catástrofes humanitarias es porque
así se debe (de) decir en estos tiempos. Y si es así, va siendo hora de que los
diccionarios incluyan ese significado, nuevo, de la palabra “humanitario”, en
vez de negarse a aceptar y entender lo que quiere decir la gente cuando dice lo
que dice y como lo dice.
Sigo pensando en cómo esta cambiando, cómo cambia la lengua,
y en cómo las formas consideradas ajenas al sistema, incultas, incorrectas, como
eso de catástrofe humanitaria, son las que, a veces, usan los que forman parte
del sistema que es el culto, el correcto, y, por otra parte, los que se supone
que son más propensos a usar las formas incultas, incorrectas (después de todo,
¿qué saben de lengua los viceministros de Economía?), usan las tradicionalmente
consideradas cultas, correctas.
Me quedo pensando, entonces, que los cambios en la lengua
vienen de todos lados, o, quizá, más bien, están
en todos lados. Habrá que seguir poniendo la oreja, nomás, y gozando de lo que
hay, de lo que existe, y de lo que va existiendo. Y celebrándolo. Lo demás,
cartón pintado, dibujitos de diccionarios.
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