Pienso en Gregory Bateson. Bateson se pregunta por qué un
sistema forma sistema. En Espíritu y
naturaleza, dice: “¿Cuál es la pauta que conecta al cangrejo con la
langosta, a la orquídea con la rosa, y a los cuatro conmigo? ¿Y a mí y a
ustedes con la ameba, en un extremo, y con el esquizofrénico, en el otro?”. Es
decir, Bateson se pregunta qué es lo que integra todo eso, qué es lo que hace
que eso sea un sistema y funcione como tal, cuál es el patrón, la relación que
conecta todo. Bateson se pregunta por la pauta que conecta.
Pienso en cómo se organiza el sistema de la comunicación,
digo, quiero decir, el sistema de cada
comunicación en cada comunicación.
Hay, digamos, por llamarlos de algún modo, elementos,
infinidad de elementos sueltos, dispersos en el universo, y en cierto momento
algunos de esos elementos entran en una forma de composición conjunta. En esa
composición configuran sistemas con propiedades que les son exclusivas, es
decir, que son exclusivas de cada sistema en cada situación (y en ninguna
otra), y que hacen que ese sistema sea único y singular… y funcione. Los
sistemas funcionan, dice Bateson, por la pauta que los conecta.
La comunicación es un sistema, el idioma es un sistema. No
son sistemas teóricos, abstractos, generales y generalizadores, sino sistemas
singulares que se producen en momentos dados y que tienen propiedades
exclusivas y únicas. Son sistemas integrados por elementos lingüísticos,
culturales en general, corporales, físicos y vaya a saber uno qué otras cosas.
En el caso de la traducción, son sistemas integrados, por ejemplo, por el
texto, la cultura en que se produjo, el lector al que estaba destinado, el texto
desde la perspectiva del lector ideal original, el texto desde la perspectiva
del lector que somos nosotros en tanto traductores ahora, el texto desde la
perspectiva del nuevo lector al que se apunta (o sea, el lector de la
traducción ahora, y no en el momento de producción original del texto), y
además nosotros mismos con nuestro bagaje intelectual.
Lo que buscamos, lo que debemos buscar aquellos que
traducimos cuando traducimos, es precisamente la pauta, el patrón que conecta todos
los elementos del sistema, para poder ofrecer en nuestra traducción el
“elemento” ideal para esa situación, para ese sistema. Lo que buscamos, lo que
debemos buscar, es aquello que hace que cada sistema sea precisamente ese
sistema, es decir, lo que hace que se produzca en ese instante esa comunicación de ese modo y hace que todo funcione como funciona en esa comunicación… de la cual, no debemos
olvidar, somos parte.
En esas aguas buceamos lo que traducimos cuando traducimos.
No trabajamos desde el exterior sobre objetos inertes llamados idiomas, sino en la comunicación. Y
para que la comunicación se produzca, para que, más que producirse, florezca, tenemos
que buscar la pauta que (nos) conecta, la pauta constitutiva de cada uno de los
sistemas lingüísticos en los que estamos navegando en cada momento específico,
y la pauta del sistema interlingüístico. Y debemos ser siempre conscientes de
que somos parte de ese gran sistema intersistémico que incluye un montón de
“partículas”, de “elementos” diferentes. Si no pensamos y actuamos desde esa
perspectiva, inmersos en ella, no creo que podamos actuar como traductores
responsables de nuestros actos, sino apenas como meros ejecutores de
operaciones técnicas mecánicas: table se traduce mesa, el present perfect del
inglés se traduce como pretérito simple en el castellano de tales y cuales
países hispanohablantes, depend on es depender de, no se dice en base a, sino
sobre la base de… y miles de intrascendencias por el estilo.
Pienso, decía, en Gregory Bateson. Pienso en la pauta que conecta.
(Ilustración: Itati Acuña).
(Ilustración: Itati Acuña).
1 comentario:
Yo pienso en cuando la pauta que conecta no necesita (ni hace posible) ninguna traducción, pienso en la música, la danza, la pintura: el arte.
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