Te tengo bastante abandonau en estos días, blo. Hace casi
una semana que no paso por aquí, lo cual no significa que no piense en vos,
claro, pero ya viste cómo somos los animales humanos: a veces dejamos huellas
visibles y a veces solo pensamos, pero no dejamos registrado eso en ningún
lado. Y hablando de cosas que quedan registradas, pensaba en algunos de esos
objetos de palabras que suelen llamarse “cuentos”, y pensaba en los cánones
(los literarios, digo, no los musicales), y pensaba en cómo suele gustarnos
hablar de los diez mejores libros de la historia, los cien mejores poemas de la
literatura universal, los tres mejores autores premiados del mundo… y se me
ocurrió pensar en, más allá de dictámenes que se pretenden absolutos e
indiscutibles, los cuentos que siempre me han gustado y que siempre he incluido
en mi lista de favoritos, quizá para que quien lea estas líneas piense en los
propios, quizá para que lea los que a mí me gustan y quiera leerlos y los lea,
o vaya uno a saber quizá pa qué. Claro que mis favoritos están apenas en uno de
dos idiomas, tal vez porque son los únicos en los que puedo leer.
Y pensé, sin orden de preferencia, que en mi lista estarían
seguramente, entre otros, los siguientes:
-
The Dead (James Joyce)
-
A Perfect Day for Bananafish (Salinger)
-
El perseguidor (Julio
Cortázar)
-
Entrevista (Humberto
Constantini)
-
Las hortensias (Felisberto
Hernández)
-
El infierno tan
temido (Juan Carlos Onetti)
-
El aleph (Jorge
Luis Borges)
Y tantos otros, querido blog, tantos otros de los mismos
autores, de otros… Pero estos, me parece, van a estar siempre en mi lista.
Claro que siempre es ahora. Vaya uno a saber si mañana también es siempre.
1 comentario:
No conozco el cuento de Hernández ni el de Constantini. En estos momentos, me encantaría releer El Perseguidor. En cambio, no sé si reelería a Salinger, casí diría que no, que ya no.
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